De nuevo la calle 72, cerca del estadio Romelio Martínez, en el norte de Barranquilla, se convirtió en una zona de guerra entre manifestantes y la Policía, que custodiaba los alrededores del escenario deportivo donde se jugaba el partido de Copa Libertadores entre el América de Cali y el equipo brasileño Atlético Mineiro.

Por segunda noche, esta importante arteria vial fue escenario de hechos violentos, debido a que el miércoles también hubo disturbios cuando se realizaba el partido entre Junior y River Plate.

Tipo 4 de la tarde se inicia la concentración de personas muy cerca al estadio Romelio Martínez. Lamentablemente la situación se va tornando tensa y va llegando a un nivel de violencia hasta el punto de querer o traspasar las barreras de seguridad que teníamos instaladas desde temprano y con la intención de llegar al estadio, donde ya estaban los jugadores preparándose para el partido”, dijo el general Diego Rosero, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

 Los enfrentamientos obligaron en varias ocasiones a suspender el partido por minutos a raíz de los gases lacrimógenos que llegaban al terreno de juego y afectaban a los jugadores.

“Hay la necesidad de intervenir. Estas personas hicieron lanzamiento de papas explosivas, bombas incendiarias y la situación se torna muy violenta. Hay saqueos de establecimientos públicos, daño en bien ajeno, rompimiento de vidrios y es allí donde hay que hacer esta intervención”, dijo el alto oficial.

En medio de los hechos violentos, muchos aprovecharon para lanzar piedras a los locales comerciales cercanos y robar mercancía. 

“La Policía realizó unas capturas por estos actos vandálicos. Son cuatro capturados y recuperaron algunos elementos como computadores y televisores”, precisó Rosero.

Durante los desmanes, tres personas resultaron lesionadas y atendidas en centros asistenciales cercanos.

“Una por inhalación de gases, otro por un golpe en la cabeza y la tercera con una herida en la planta del pie”, puntualizó el Comandante de la Policía.